
Pruebas diagnósticas en el embarazo: visitas en el embarazo
Pruebas diagnósticas en el embarazo: visitas en el embarazo
¿Cuándo será la primera visita? ¿A partir de ahí, cada cuánto acudiremos a la consulta?
La primera visita del embarazo se realiza antes de la semana 12 de gestación, preferiblemente sobre la sexta a décima. En la primera visita se abrirá historia clínica, para conocer los antecedentes personales y familiares, alergias, vacunas, antecedentes de otros embarazos.
Normalmente realizaremos una visita cada dos semanas hasta la ecografía de semana 12. A partir de ese momento los controles en consulta serán cada 4 semanas hasta la semana 37 de embarazo que pasarán a ser semanales; siempre y cuando sea una gestación de bajo riesgo. Si la gestación fuera de alto riego o se presentará alguna complicación se valorará el seguimiento de forma personalizada a cada caso en concreto.
¿Qué pruebas se realizan en cada visita?
En cada visita se realizará la toma de tensión arterial y de peso y se realizará una ecografía abdominal.
¿En qué consultas se valorarán las analíticas?
En la consulta de semana 12 se valorará la analítica de I trimestre.
En la consulta de semana 24 se valorará la analítica de II trimestre.
En la semana 37 se valorará en consulta la analítica del III trimestre, el resultado del cultivo vaginal/rectal y el monitor realizado.
¿Tendré que vacunarme de algo en el embarazo?
Actualmente en las gestaciones se administran las siguientes vacunas:
1. Gammaglobulina anti-D: En aquellas gestantes RH negativo con test de Coombs indirecto negativo. Se administra a las 28 semanas.
2. Tosferina: En el tercer trimestre se administra la vacuna de la DTPa para profilaxis de tosferina en el recién nacido. Se debe administar entre las semanas 27 y 36.
3. Gripe: Se deben vacunar a todas las embarazadas, en cualquier trimestre de la gestación, si está coincide con la campaña de vacunación contra la enfermedad.
¿Qué pasa a partir de la semana 37?
A partir de la semana 37 de embarazo comenzará la monitorización fetal, un registro del corazón del bebe y la presencia o ausencia de contracciones que realizará la matrona. Tras su realización, en consulta se procederá a la valoración del monitor y a la realización de una ecografía. Dependiendo de las semanas de gestación se realizará un tacto vaginal.

Pruebas diagnósticas en el embarazo: ecografías
Pruebas diagnósticas en el embarazo: ecografías
¿Cuántas ecografías se realizan durante el embarazo?
Durante un embarazo normal se practican un mínimo de tres ecografías de rutina, una en cada trimestre. No obstante nosotros realizaremos una ecografía en cada visita a la consulta.
¿Qué valora cada ecografía?
– La de primer trimestre, se realiza entre las 11 y 13 semanas de embarazo, será transvaginal o abdominal en función de las semanas de gestación y la transmición de la paciente. Tiene 3 objetivos. El primero es determinar el número de fetos y confirmar que la gestación se encuentra en el interior del útero. El segundo es determinar la edad gestacional, mediante la medición CRL (longitud desde la cabeza hasta el final de la columna).
Por último, en la ecografía del primer trimestre se medirá el pliegue nucal que es un marcador ecográfico precoz de cromosomopatía que junto con los marcadores bioquímicos de la analítica sirven para calcular el riesgo de las principales cromosomopatías.
– La de segundo trimestre (ecografía morfológica), se hace entre las 19 a 21 semanas de gestación. Esta ecografía es abdominal. Se trata de la ecografía más importante del embarazo porque es donde se realiza un estudio completo de la anatomía fetal, y donde son revisadas todas las estructuras del feto. Además se realizara una ecografía transvaginal para valoración de la longitud cervical (marcador predictor de parto prematuro) y Doppler de las arterias uterinas (marcador de enfermedades placentarias en la gestación).
– La de tercer trimestre, se suele hacer sobre las 34 semanas de embarazo. Sirve para valorar el crecimiento fetal, la cantidad de líquido amniótico, funcionamiento de la placenta así como las estructuras anatómicas fetales. En este momento también se valora la estática fetal de cara a la vía de finalización del parto.

Pruebas diagnósticas en el embarazo: amniocentesis genética
Pruebas diagnósticas en el embarazo: amniocentesis genética
El líquido amniótico en el que flota el feto durante el embarazo contiene una gran cantidad de células fetales, la amniocentesis es una de las pruebas más utilizadas para analizar todas estas células que flotan en el líquido amniótico y así determinar si el feto presenta algún tipo de irregularidad cromosómica.
¿En qué consiste esta prueba?
La amniocentesis consiste en la extracción de líquido amniótico mediante una punción con una aguja a través de la pared abdominal de la madre, atravesando la pared uterina y la bolsa amniótica para llegar al líquido amniótico. La intervención se controla mediante ecografía, así se dispone del control visual del recorrido de la aguja en el interior del cuerpo materno, la posición de la placenta y el lugar que ocupa el feto en cada instante de la prueba. El médico recoge entre 20 y 25 mililitros de líquido, de donde extraen y analizan los cromosomas.
¿En qué casos esta indicado realizar una amniocentesis?
Realizar un procedimiento invasivo como una amniocentesis debe ser una decisión en la que se deben de considerar los riesgos y la necesidad de realizar la prueba. Se recomienda realizar una amniocentesis cuando:
Se detecta una malformación fetal por ecografía, debido a una posible asociación entre malformación y cromosomopatía.
Si el resultado del triple screening se considera de alto riesgo (es decir, si el riesgo es superior a 1/250).
Existe un antecedente de un hijo o feto afecto de una anomalía cromosómica o cuando los padres son portadores de una alteración cromosómica.
¿Para qué sirve?
La amniocentesis sirve para detectar alteraciones cromosómicas, ya que se estudian las células fetales presentes en el líquido amniótico. Sin embargo, hay distintas maneras de valorar los resultados. Generalmente se realizará un estudio cromosómico detallado valorando que todos los cromosomas existan y estén formados correctamente. Para ello es necesario realizar un cultivo y los resultados pueden tardar hasta tres semanas.
Sin embargo, es muy habitual que al mismo tiempo que el cultivo se lleva a cabo, se realicen otras pruebas para obtener un resultado más rápido sobre los cromosomas más relevantes. Entre estos tests “rápidos” están la QFPCR o el test FISH, los cuales nos aportarán información sobre los cromosomas 21 (relacionadas con el síndrome de Down), 13 (síndrome de Patau) 18 (síndrome de Edwards) y los cromosomas sexuales, que son los que con más frecuencia se alteran. La información de estos tests generalmente está disponible en 48-72 hrs.
Existen otros tests genéticos más complejos en los que se pueden buscar enfermedades genéticas que se puedan sospechar o bien por antecedentes familiares o por la detección de una malformación fetal que sugiera que pueda haber una enfermedad genética de base.
¿Cuándo puede realizarse?
La amniocentesis se realiza a partir de la semana 16 de gestación. En este momento el riesgo de aborto ha disminuido con respecto al primer trimestre y ya hay suficiente líquido amniótico para realizar la prueba.
¿Cuáles son los riesgos?
La realización de una amniocentesis tiene algunos riesgos, entre ellos que la bolsa amniótica pueda romperse, o que pueda este procedimiento iniciar contracciones en el útero. Se estima que el riesgo de pérdida fetal relacionado con el procedimiento se encuentra alrededor del 1% de los casos. Tras realizar la amniocentesis se recomienda reposo relativo durante 24-48 horas.
¿Qué precauciones se debe tener después de la práctica de una amniocentesis?
Se recomienda mantener reposo relativo durante 24-48 h. Se recomienda realizar un control ecográfico a la semana de la prueba, para descartar que no haya habido ningún problema relacionado con la técnica. Se deberá acudir por urgencias si se nota pérdida de líquido amniótico, contracciones, sangrado en cantidad igual a una regla o fiebre.

Pruebas diagnósticas en el embarazo: Test prenatal no invasivo
Pruebas diagnósticas en el embarazo: Test prenatal no invasivo
Este test consiste en obtener material genético fetal de forma no invasiva, extrayendo la pequeña cantidad del ADN fetal que circula en sangre materna durante el embarazo. Esto supone un gran avance por la desaparición del riesgo de pérdidas asociadas a las pruebas invasivas y la elevada tasa de detección de test, superior al 99,5%, dado que se mira directamente el ADN del feto. Presentándose como una alternativa no invasiva a la amniocentesis genética. También detecta algunas alteraciones genéticas conocidas como microdeleciones: pequeñas pérdidas de material genético que se pueden asociar a graves problemas del desarrollo en el recién nacido.
Habrá que tener en cuenta que a veces es necesario realizar una amniocentesis, ya que esta prueba sólo detecta algunas anomalías cromosómicas, no todas como ocurre con las pruebas invasivas. Su tasa de fiabilidad es muy elevada (cercana al 99%), pero es inferior al de la amniocentesis, por lo que cuando la prueba da positiva se recomienda otras pruebas que verifiquen el resultado.
¿Cuándo se realiza?
La extracción de la muestra de sangre se puede realizar a partir de las 10 semanas y en menos de 15 días se obtienen los resultados.
¿La realización de este text excluye la necesidad de otras pruebas?
En la gran mayoría de casos (cuando el test en sangre y la ecografía son normales), sí pero no ha de excluir a la ecografía del primer trimestre.
Si la ecografía muestra cualquier signo de sospecha y la prueba en sangre es normal, es necesario valorar la realización de una amniocentesis genética.
La prueba no puede detectar malformaciones fetales, y por ello es esencial realizar una ecografía. Además, es necesario completar las ecografías recomendadas en el control del embarazo con el fin de descartar la existencia de otras anomalías que aparecen con el desarrollo fetal, y que por tanto no son visibles hasta la realización de las ecografías de 20-22 y 32-34 semanas.

Pruebas diagnósticas en el embarazo: el triple screening o cribado combinado de primer trimestre
Pruebas diagnósticas en el embarazo: el triple screening o cribado combinado de primer trimestre
Consiste en un análisis de sangre, que se realiza entre la semana 9 y 11, mediante el cual se miden dos marcadores bioquímicos (PAPP-A y Beta-HCG, fracción libre) presentes en la sangre de la mujer embarazada. Estos niveles en combinación con determinados marcadores ecográficos obtenidos entre la semana 11-13 nos permitirá calcular el riesgo de las principales cromosomopatías (trisomía 21, 13 y 18).
¿Qué detecta el test combinado bioquímico-ecográfico del primer trimestre?
Este test presenta una tasa de detección de trisomía 21 del 90% con una tasa de falsos positivos del 4% (falsos positivos se consideran aquellos casos que según el test son de alto riesgo cuando en realidad no existe cromosomopatía). Se debe de ofrecer independientemente de la edad de la embarazada.
Consiste en la estimación de las probabilidades de que el feto esté afectado de Síndrome de Down o de otros síndromes (Edwards –trisomía 18– y Patau –trisomía 13–). Este riesgo se calcula ajustando el riesgo de estas patologías por edad materna, por marcadores ecográficos y niveles bioquímicos en sangre materna en el primer trimestre.
¿En qué consiste este test?
El proceso de este test combinado consiste en una extracción de sangre materna y una ecografía.
1. Analítica materna. La extracción de sangre se realiza entre las 7 y las 14 semanas, generalmente entre las 8 y las 10. No es necesario estar en ayunas. En este momento se estudian dos valores bioquímicos en la sangre materna: el de la fracción beta de la hormona del embarazo conocida BHCG y los valores de la proteína placentaria asociada al embarazo o también conocida como PAPP-A.
2. Ecografía. La ecografía se realizará entre las 11.2 y 13.6 semanas de gestación. Esta es una de las ecografías más importantes del embarazo y a través de ella podremos:
a) Datar la gestación midiendo la longitud craneo-caudal (CRL) del feto. Para poder realizar esta ecografía debe existir un CRL entre 45 y 84 mm.
b) Realizar un estudio anatómico del feto.
c) Valorar marcadores para determinar el riesgo de cromosomopatías como la trasluscencia nucal (TN). Éste es un espacio situado en la parte posterior de la cabeza del feto, en proximidad al cuello. El motivo por el que se realiza esta medición es porque los fetos con Síndrome de Down tienden a tener una mayor cantidad de fluido en este espacio. Además también se valorarán otros marcadores como son la presencia de hueso nasal y el ángulo fronto-malar. Por otro lado utilizaremos el Doppler para valorar dos marcadores secundarios: un vaso sanguíneo en proximidad al corazón fetal llamado ductus venoso y valoración cardíaca de la válvula tricúspide, situada entre aurícula y ventrículo derecho para descartar la presencia de regurgitación tricúspidea presente en fetos afectos de síndrome de down o cardiopatías.
3. Cálculo del riesgo. Los valores del CRL del feto y de la TN se introducen en un software de cálculo de riesgo después de la ecografía al que se le han introducido los valores de la analítica materna. Se realizará una corrección de los valores de los marcadores bioquímicos teniendo en cuenta el peso materno, la etnia o si padece diabetes insulino dependiente. La estimación de los riesgos de trisomias 21, 18 y 13 se realizará a partir del riesgo inherente de la edad materna modificado en función de la desviación de los 3 marcadores (TN, beta hCG y PAPP-A) sobre los valores esperados para la edad gestacional.
4. Interpretación del test. Se considera una gestación de alto riesgo cuando el riesgo es superior a 1/250 para trisomía 21, 18 o 13. En estos casos, se ofrecerá un procedimiento invasivo.
¿Cuándo esta indicado un procedimiento invasivo?
Tras realizar el screening de primer trimestre se consideran los siguientes criterios:
a) Cuando el screening de primer trimestre informe de un riesgo mayor a 1/250 para trisomía 21, 18 o 13.
b) Si se evidencia alguna malformación fetal detectada en ecografía de primer trimestre.
c) Si se detectó alguna anomalía cromosómica en gestación anterior.
d) Si hubo una anomalía cromosómica en uno de los progenitores.

Pruebas diagnósticas en el embarazo: test de O`Sullivan
Pruebas diagnósticas en el embarazo: test de O`Sullivan
El test de O´Sullivan es una prueba que se realiza alrededor de la semana 24 y 28 de gestación a todas las embarazadas, generalmente aprovechando el análisis de sangre del segundo trimestre. Este test determina la cantidad de glucosa en sangre venosa una hora después de haber tomado 50 gramos de glucosa por vía oral. Se trata de una prueba que se puede realizar en cualquier momento del día y no es necesario estar en ayunas. En caso de mujeres mayores de 35 años, obesidad, AF diabetes, gestaciones previas con diabetes gestacional se realizará en la analítica de primer trimestre.
¿Qué detecta el Test de O’Sullivan?
Esta prueba no da un diagnóstico exacto, se realiza para identificar a las mujeres en riesgo de tener diabetes gestacional. En aquellos casos en los que la glucemia plasmática al cabo de una hora es igual o superior a 140 mg/dl se considera el test de O’Sullivan positivo, algo que ocurre entre el 15 y el 23% de las veces. El test de O’Sullivan no está exento de falsos positivos por ello en estos casos se deberá realizar otra prueba: un Test de Tolerancia a la glucosa (TTOG), para confirmar el diagnóstico de diabetes gestacional ya que se trata de una prueba mucho más específica.
¿Qué es el Test de Tolerancia a la Glucosa?
El test de tolerancia a la glucosa (TTOG) o curva de glucosa, se realiza tras detectarse un test de O´Sullivan patológico. Esta prueba se realizará en ayunas día de la prueba se deberá de acudir en ayunas al laboratorio y se extraerá inicialmente una muestra de sangre. A continuación, se administrará a la gestante una solución de glucosa (75 gr de glucosa) y posteriormente se extraerán nuevas muestras sanguíneas cada hora, durante tres horas.
¿Por qué es importante el estudio de la glucosa?
Si hay dos o más cifras del test de tolerancia oral a la glucosa, entonces se tratará de una diabetes gestacional. A priori implicará la realización de dieta, ejercicio y control de glucemias capilares antes y después de las comidas y control por parte del endocrino.
La diabetes gestacional es la complicación más frecuente en gestantes, afectando en torno al 10% de los embarazos.
Su importancia radica en que la diabetes gestacional aumenta el riesgo de diversas complicaciones obstétricas como son: la macrosomía, el aumento del líquido amniótico (polihidramnios), parto por cesárea, problemas del metabolismo de la glucosa en el recién nacido y muerte intrauterina. No aumenta la incidencia de malformaciones congénitas. También se ha relacionado la diabetes gestacional con consecuencias a largo plazo para el niño, como el desarrollo de obesidad, diabetes, inatención o hiperactividad en la infancia.